El lector del tren de las 6.27 – Jean-Paul Didierlaurent

» La gente corriente esconde un mundo extraordinario «

Hace unos días acabé de leerme el libro y puedo asegurar que esa frase describe a la perfección su trama.

portada_el-lector-del-tren-de-las-627Guibrando Viñol  es la típica persona común que pasa desapercibida en el mundo. Trabaja en una fábrica de reciclaje de libros, donde se halla su archienemigo la Zerstor 500, conocida como La Cosa. Cada día, cuando acaba su jornada de trabajo, limpia las entrañas de la temible máquina y rescata las páginas de los libros que han sobrevivido a la masacre. Al día siguiente en el tren de las 6.27 camino de la fábrica, lee aquellas «pieles vivas», lo único que lo salva de la monotonía diaria.

Al mundo de Guibrando pertenece solo un pequeño grupo de personas aparentemente anodinas, pero que esconden, todas ellas, sus propios mundos que son extraordinarios a su manera.

El vigilante de seguridad de la fábrica donde trabaja, Yvon Grimbert, habla únicamente en verso, especialmente en alejandrinos. Dedica cada momento libre a la lectura o la representación de obras de todo tipo, convirtiendo la garita de seguridad en su propio escenario.

Su antiguo compañero de trabajo, Giuseppe Carminetti, perdió sus piernas tras sufrir un accidente con la infernal máquina Zerstor 500 y desde ese momento se dedica a buscarlas de forma incansable, de lo que también participa Guibrando.

Julie, que aparece por puro azar en su vida en forma de documentos de ordenador sin nombre, se dedica a escribir sobre su vida en   los huecos de su trabajo. Describe su cotidianidad de una forma totalmente atípica convirtiéndola en algo maravilloso.

Julie es, sin duda,  el personaje que más me ha cautivado. Una mujer auténtica y creativa, capaz de adaptarse a los papeles que nos toca jugar en la sociedad sin perderse a si misma.

«No pasa ni un día sin que haya escrito algo. No hacerlo sería como no haber vivido ese día, como haberme encasillado en ese papel de señora-de-los-lavabos-caca-pota que quieren endosarme, una pobre chica cuya única razón de ser es esa función trivial por la que se le paga.»

No se trata de una novela al uso, para mí ha sido toda una sorpresa. Recoge a personajes comunes con vidas comunes que se convierten en protagonistas de una historia diferente. Lo especial de esta novela es que de algún modo, en algún momento de la lectura, te ves reflejado en ella, en esa descripción exhaustiva de la vida rutinaria que a todos nos afecta, y también en esa necesidad de buscar la felicidad, aunque sea en cosas aparentemente triviales. En su esencia me ha recordado sutilmente a Amélie, quizá por esa búsqueda de la felicidad en las pequeñas cosas de la vida.

He disfrutado mucho con su lectura y me ha encantado verme reflejada en ese amor del protagonista por los libros y su pequeño oasis de felicidad en aquel tren de las 6.27, que me ha recordado a mis lecturas en los trayectos a la universidad.

PUNTUACIÓN:

5

Selección de frases del libro

Un comentario en “El lector del tren de las 6.27 – Jean-Paul Didierlaurent

Deja un comentario