Isabel Allende

isabel-allende «La autora chilena Isabel Allende se ganó el reconocimiento de todo el mundo cuando su primera novela, La Casa de los Espíritus, publicada en 1982, se transformo en un best seller. Además de lanzar la carrera de Allende y convertirla en una autora renombrada, el libro, que surgió de una carta de despedida a su abuelo moribundo, también la consagró como una fuerza feminista en el mundo literario de América Latina dominado por el sexo masculino.
Desde entonces, ha escrito 20 obras, entre ellas De amor y de Sombra, Eva Luna, Cuentos de Eva Luna, El Plan Infinito, Hija de la Fortuna, Retrato en Sepia, una trilogía para lectores jóvenes (Ciudad de las Bestias, El Reino del Dragón de Oro, y El Bosque de los Pigmeos ), Zorro, Inés del Alma Mía, La Isla Bajo el Mar, El Cuaderno de Maya, y El Juego de Ripper. Entre los libros de no ficción se incluyen Afrodita, una colección humorística de recetas y ensayos, y tres memorias: Mi País Inventado, Paula (un éxito de ventas que documenta la enfermedad y la muerte de la hija de Allende, así como su propia vida), y La Suma de Los Días. Su último libro es El Amante Japonés.
Entre los temas que aborda en sus relatos se destacan: Chile durante los siglos quince, diecinueve, y veinte; la fiebre del oro de California; el movimiento guerrillero de 1960 en Venezuela; la guerra de Vietnam; y la rebelión de los esclavos en Haití en el siglo dieciocho.»
➳ Para saber más sobre ella puedes consultar su biografía en la página web oficial 

◊ El amante japonés

“La edad, por sí sola, no hace a nadie mejor ni más sabio, sólo acentúa lo que cada uno ha sido siempre”

“A cualquier edad es preciso un propósito en la vida. Es la mejor cura contra muchos males”

“Eso pasa con la edad: las historias del pasado cobran vida y se nos pegan en la piel”

“¿Para qué apegarnos a lo que vamos a perder de todos modos?”

“¡Qué exuberante y alborotado es el universo, Alma! Gira y gira. La única constante es que todo cambia. Es un misterio que sólo podamos apreciarlo desde la quietud. Estoy viviendo una etapa muy interesante. Mi espíritu contempla con fascinación los cambios en mi cuerpo, pero esa contemplación no es desde un punto distante, sino desde dentro. Mi espíritu y mi cuerpo están juntos en este proceso. Ayer me decías que echas de menos la ilusión de inmortalidad de la juventud. Yo no. Estoy disfrutando mi realidad de hombre maduro, por no decir viejo. Si me fueraa morir dentro de tres días, ¿qué pondría en esos días? ¡Nada! Me vaciaría de todo menos del amor. Hemos dicho muchas veces que amarnos es nuestro destino, nos amamos en vidas anteriores y seguiremos encontrándonos en vidas futuras. O tal vez no hay pasado ni futuro y todo sucede simultáneamente en las infinitas dimensiones del universo. En ese caso estamos juntos constantemente, para siempre. Es fantástico estar vivo. Todavía tenemos diecisiete años, Alma mía.”

“A los veintidós años, sospechando que tenía el tiempo contado, Ichimei y ella se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero cuanto más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aún así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno.”

“Sólo vivían para el encuentro del día, no había mañana ni ayer, sólo importaba ese cuarto insalubre con su ventana atascada, su olor a moho, sus sábanas gastadas y el ronquido perenne del aparato de ventilación. Sólo existían ellos dos, el primer beso anhelante al cruzar el umbral, antes de echar llave a la puerta, las caricias de pie el despojarse de la ropa, que quedaba tirada donde cayera, los cuerpos desnudos, trémulos, sentir el calor, el sabor y el olor del otro, la textura dela piel y del pelo, la maravilla de perderse en el deseo hasta la extenuación, de dormitar abrazados por un ,momento y volver al placer renacido, a las bromas, las risas y las confidencias, al prodigioso universo de la intimidad. “

“En todos lados se sentía desconectada y diferente, pero lejos de ser un problema, eso era motivo de cierto orgullo, porque contribuía a su idea de sí misma como una artista retraída y misteriosa, vagamente superior al resto de los mortales.”

“El amor y el deseo por él le quemaban la piel, quería estirar las manos a través de la mesa y tocarlo, acercarse, hundir la nariz en su cuello y comprobar que todavía olía a tierra y hierbas, decirle que sin él vivía sonámbula, que nada ni nadie podía llenar el vacío terrible de su ausencia, que daría todo por volver a estar desnuda en sus brazos, nada importaba sino él.”

“«Pocos viejos están contentos, Irina. La mayoría pasa pobreza, no tiene buena salud ni familia. Ésta es la etapa más frágil y difícil de la vida, más que la infancia, porque empeora con el paso de los días y no tiene más futuro que la muerte»”

“-¿Tienes miedo?- le preguntó Alma. -No. Supongo que después de la muerte es lo mismo que antes de nacer. ¿Y tú? -Un poco… Me imagino que después de la muerte no hay contacto con este mundo, nada de sufrimiento, personalidad, memoria, es como si esta Alma Belasco nunca hubiera existido. Tal vez algo trasciende: el espíritu, la esencia del ser. Pero te confieso que temo desprenderme del cuerpo, espero que entonces Ichimei esté conmigo o venga Nathaniel a buscarme.”

“En su condición tenía tiempo para completar sus pensamientos, para conocerse mejor. Ser, estar, amar la luz del sol, la gente, los pájaros. El dolor iba y venía, las náuseas iban y venían, los desarreglos intestinales iban y venían, pero por alguna razón eso no la absorbía mucho tiempo. En cambio, estaba lúcida para gozar cada gota de agua en la ducha, la sensación de manos amigas lavándole el pelo con champú, el frío delicioso de una limonada en un día de verano. No pensaba en el futuro, sólo en este día.”

“-[…] Tienes una sola vida, pero si la vives bien, es suficiente. Lo único real es ahora, este día. ¿Qué esperas para empezar a ser feliz? Cada día cuenta. ¡No lo sabré yo!”

“La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el placer o la alegría. Es silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de satisfacción que empieza por amarse a sí mismo”

“Hay mucha gente buena pero es discreta. Los malos, en cambio, hacen mucho ruido, por eso se notan más”

“Para siempre es mucho tiempo. Creo que volveremos a encontrarnos en mejores circunstancias o en otras vidas”

“’Buenas noches, Muerte’, decía antes de dormirse, con la vaga esperanza de no despertar”

“Habían compartido noches en blanco, bebiendo whisky aguado o fumando marihuana para aliviar la angustia, en las que se contaron sus vidas, desenterraron anhelos y secretos, y llegaron a conocerse a fondo. En esa parsimoniosa agonía no cabían pretensiones de ninguna clase, se revelaron como eran a solas consigo mismos, al desnudo. A pesar de eso, o tal vez por eso, llegaron a quererse con un cariño diáfano y desesperado que requería una separación, porque no habría resistido el desgaste irremediable de lo cotidiano.”


◊ De amor y de sombra

“Le gustaba verlos volar libremente tanto como odiaba las jaulas, porque consideraba imperdonable aprisionarlos sólo para darse el lujo de tenerlos ante la vista. También en los detalles era consecuente con sus principios anarquistas: si la libertad es el primer derecho del hombre, con mayor razón debía serlo de aquellas criaturas nacidas con alas en los costados.”

“En la niñez, Francisco solía angustiarse con la sospecha de que su madre, usada por la rudeza de la vida, podría ir desapareciendo imperceptiblemente, hasta esfumarse del todo, como la niebla. Entonces corría a su lado, la abrazaba, la sujetaba por la ropa en un desesperado intento de retener su presencia, su calor, el olor de su delantal, el sonido de su voz. Había transcurrido mucho tiempo desde entonces, pero todavía la ternura por ella era su sentimiento más inconmovible.”

“Hasta entonces él había procurado mantenerla alejada de las miserias irreparables, la injusticia y la represión que a diario presenciaba y eran temas habituales de conversación entre los Leal. Consideraba extraordinario que Irene navegara inocente sobre ese mar de zozobras que anegaba al país, ocupada solo de los pintoresco y lo anecdótico. Se sorprendía al verla flotando incontaminada en el aire de sus buenas intenciones. Ese injustificado optimismo, esa limpia y fresca vitalidad de su amiga, resultaban balsámicas para los tormentos que él padecía por no poder cambiar las circunstancias. Ese día, sin embargo, tuvo la tentación de tomarla por los hombros y sacudirla hasta ponerle los pies en la tierra y abrirle  los ojos a la verdad. Pero al contemplarla junto al muro de piedra de su casa, con los brazos cargados de flores silvestres para sus ancianos y el pelo revuelto por el viaje en la moto, intuyó que esa criatura no estaba hecha para las sórdidas realidades. “

“La besó en la mejilla lo más cerca posible de la boca, deseando con pasión permanecer a su lado eternamente para preservarla de las sombras. Olía a yerbas y tenía la piel fría. Supo que amarla era su destino inexorable.”

“Allí, como en todas partes donde se acumula el sufrimiento, estaba presente la solidaridad humana como un bálsamo para sobrellevar el infortunio.”

“Apoyados en el nudoso tronco se quedaron en silencio, sin tocarse, pero tan cercanos en su emoción que parecían habitar un mismo vientre. Impregnados de consternación, cada uno sumido en sus pensamientos, sentían la proximidad del otro como un consuelo. […] Se volvió a mirar a su amigo y él se hundió en sus brumosas pupilas. Sin pensarlo, Francisco la atrajo y buscó su boca. Fue un beso casto, tibio, leve, sin embargo tuvo el efecto de una sacudida telúrica en sus sentidos. Ambos percibieron la piel del otro nunca antes tan precisa y cercana, la presión de sus manos, la intimidad de un contacto anhelado desde el comienzo de los tiempos. “

“En verdad apenas fue un beso, la sugerencia de un contacto esperado e inevitable, pero ambos estaban seguros de que ése sería el único beso que pudieran recordar hasta el fin de sus días y de todas las caricias la única en dejar huella certera en sus nostalgias.”

“Ella tomó entre sus manos la oscura cabeza de su amigo y lo miró. Sonrieron aliviados, divertidos, temblorosos, seguros de que no intentarían una aventura fugaz porque estaban hechos para compartir la existencia en su totalidad y emprender juntos la audacia de amarse para siempre.”

“-No volveremos a España, mujer-decidió el Profesor Leal cuando las últimas paletadas de tierra cubrieron la urna. Por primera vez en cuarenta años aceptó que pertenecía a ese suelo.”

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